En base a los principios que definimos en una entrada anterior (los «planos»), veremos ahora cómo evaluar la segunda de las competencias específicas de la materia, la expresión oral (C. Esp. 4). Nuestros principios son los siguientes:
- Los criterios de evaluación son el referente con el que comparemos su desempeño. En general, para cada situación de aprendizaje utilizaremos los criterios que correspondan a una competencia en concreto, con alguna variación menor que explicaremos.
- Los descriptores operativos de las competencias clave marcan los diferentes niveles de ese desempeño. Establecemos cuatro niveles, uno que corresponden a «no adquirido» y tres que permiten graduar diferentes niveles de superación del criterio.
- Utilizaremos como instrumento de evaluación una rúbrica. Es una herramienta que nos permite ilustrar nuestro modelo de evaluación, pero no hemos de olvidar que en el aula los instrumentos de evaluación han de ser variados.
La competencia específica de Expresión oral tiene asignados cuatro criterios de evaluación. Son los siguientes:
- Criterio 4.1. Producir, con autonomía, discursos orales extensos sobre conocimientos complejos ajustados a la situación comunicativa y a los géneros discursivos del ámbito personal, social, educativo y profesional, con adecuación, coherencia y cohesión, manifestando una conciencia crítica hacia el tema.
- Criterio 4.2. Producir discursos orales con fluidez, una buena pronunciación y entonación, utilizando de manera eficaz los elementos prosódicos, los recursos no verbales y diferentes soportes audiovisuales que refuercen las ideas expresadas y capten la atención del receptor.
- Criterio 4.3. Realizar producciones orales con un registro formal, un lenguaje no discriminatorio y un vocabulario rico y ajustado a la norma, haciendo uso de expresiones idiomáticas, con un dominio óptimo de la morfosintaxis, reflexionando sobre la lengua, su uso y el propósito comunicativo.
- Criterio 4.4. Seleccionar y contrastar información procedente de diferentes fuentes, de manera autónoma, sobre temas de interés académico, personal o social, calibrando su fiabilidad y pertinencia, reelaborarla y comunicarla de manera creativa adoptando un punto de vista crítico respetando los principios de propiedad intelectual.
Como adelantamos en la entrada anterior, especificaremos para cada criterio cuatro niveles de desempeño, según el siguiente modelo:
- Insuficiente. El alumnado no ha superado el criterio de evaluación.
- Apto. El alumnado ha adquirido el criterio de evaluación en una medida suficiente para considerarlo superado.
- Notable. El alumnado ha adquirido plenamente el criterio de evaluación.
- Sobresaliente. El alumnado ha excedido la adquisición plena del criterio de evaluación.
Esto implica que estamos tomando la referencia de la redacción de los criterios de evaluación para el nivel de notable y estamos graduando este criterio con un nivel superior (sobresaliente) y otro inferior (apto), por lo que respecta a los tres niveles de desempeño que se corresponden con su superación.
Además de esta graduación del criterio, tal y como hicimos con la primera competencia (C. Esp. 2). tomamos como referencia los descriptores operativos de las competencias clave que podemos asociar a esta competencia y distribuimos su adquisición progresiva en los sucesivos niveles de desempeño. Así, en este caso consideramos imprescindible que la superación del criterio se haga según lo dispuesto en los descriptores CCL1, CCL3 y STEM1 (apto), establecemos el nivel central en el desempeño que además incorpora los descriptores CD2, CD3 y CC2 (notable) y el nivel superior en el desempeño que demás de todo lo anterior cumple lo establecido en los descriptores CP2, CE1 y CCL5 (sobresaliente).
Hemos obrado de forma coherente y también en esta competencia el nivel más bajo de los que acreditan la adquisición del criterio, en amarillo, además de corresponder con una redacción graduada de este indicador, incorpora los descriptores que requieren un nivel de pensamiento menos abstracto, mientras que el nivel superior, además de una redacción que excede lo requerido por defecto en la norma, acredita un desempeño ligado a descriptores que implican procesos cognitivos de mayor nivel. Mantenemos de este modo la taxonomía de Bloom en nuestra evaluación.
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Feliz miércoles.
Vicente, Elio y Raül
