En el día de hoy, tras unos capítulos introductorios donde nos hemos centrado en establecer varios nexos de unión entre el marco adecuado de la programación didáctica, su finalidad el entorno de la misma y los objetivos, nos vamos a centrar en hablar sobre dos conceptos muy interesantes: El perfil de salida y las competencias clave.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las «competencias» son un conjunto complejo de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que cada persona pone en práctica en un contexto concreto para hacer frente a las demandas peculiares de cada situación.
Un potencial elemento de ese conjunto se considera una «competencia clave» si contribuye a obtener resultados de alto valor personal o social, puede ser aplicable a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes y permite a las personas que la adquieren, superar con éxito exigencias complejas.
Las competencias son clave cuando resultan de utilidad a toda la población y por ello pueden ubicarse en la educación obligatoria
V. Sierra, E. Pérez, R. Solbes (2024)
La Unión Europea manifestó un interés creciente por las competencias, tanto es así que en la Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, se instó a los Estados miembros a «desarrollar la oferta de competencias clave».
Según este documento «las competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo».
Las competencias clave se incorporaron al currículo español en 2006 y el enfoque competencial del currículo ha tenido desde entonces una importancia creciente.
El artículo 2 de los reales decretos del currículo define las competencias clave como «los desempeños que se consideran imprescindibles para que el alumnado pueda progresar con garantías de éxito en su itinerario formativo, y afrontar los principales retos y desafíos globales y locales».
La única diferencia que se puede encontrar en el artículo 2 de los reales decretos de currículo de Infantil y Primaria sobre el concepto de «competencias clave» hace referencia al «perfil de salida». La Educación Infantil queda fuera de la educación básica, y por tanto, aquí está el matiz en la redacción, pues en esta enseñanza, como ocurre con la enseñanza de bachillerato, no es posible hacer referencia al perfil de salida, al ser un concepto asociado a la educación básica (Primaria y Secundaria Obligatoria).
El perfil de salida es la piedra angular de todo el currículo; es la matriz que cohesiona y hacia donde convergen los objetivos de las distintas etapas que constituyen la enseñanza básica. De este modo, las decisiones curriculares, las orientaciones metodológicas de la práctica lectiva y la evaluación de los aprendizajes del alumnado han de fundamentarse en este nuevo concepto, en particular en lo relativo a la toma de decisiones sobre promoción entre los distintos cursos, así como a la obtención del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria
V. Sierra, E. Pérez, R. Solbes (2024)
Las competencias clave que se recogen en el perfil de salida son la adaptación al sistema educativo español de las que se establecen en la Recomendación del Consejo de la Unión Europea, de 22 de mayo de 2018, relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente.
En este apartado de la programación didáctica debe incluirse:
- La relación entre competencias específicas de cada área o ámbito y los descriptores operativos de las competencias clave.
- La contextualización de cada competencia clave para cada área o ámbito.
Además, en el supuesto de una propuesta cooperativa de centro en la que se propongan situaciones de aprendizaje que desarrollen de manera holística las competencias clave, debería reflejarse la iniciativa en este apartado de la programación didáctica.
Perfil de salida
En Educación Infantil no existe mención al Perfil de salida. En esta etapa, se contribuye a que el alumnado se inicie en el «proceso de adquisición de las competencias clave para el aprendizaje permanente».
En la Educación Primaria, el tratamiento del Perfil de salida es transitorio, es decir, no existe un Perfil de salida asociado directamente a esta etapa, ya que se trata de un concepto directamente asociado a la educación básica en su conjunto y por esto debe alcanzarse al finalizar la ESO.
Alcanzar el Perfil de salida implica que el alumnado ha adquirido una serie de aprendizajes y es capaz de hacer uso de ellos para dar una respuesta a aquellos desafíos a los que deberá hacer frente a lo largo de su vida. Entre éstos podemos encontrar:
- Desarrollar una actitud responsable y consciente del entorno medioambiental y animal.
- Identificar diferentes aspectos relacionados con el consumo responsable y ejercer un control social frente a la vulneración de sus derechos.
- Desarrollar estilos de vida saludables, asumiendo la responsabilidad personal y social en el cuidado propio y el de las demás personas.
- Desarrollar un espíritu crítico, empático y proactivo.
- Entender los conflictos y resolverlos de manera pacífica.
- Aceptar la incertidumbre como una oportunidad para articular respuestas creativas.
- Cooperar y convivir en sociedades abiertas y cambiantes.
Los conocimientos, destrezas y actitudes (saberes básicos) de cada una de las áreas o ámbitos son imprescindibles para que el alumnado pueda entender lo que ocurre a su alrededor y valorar críticamente la situación. La integración de todos estos elementos conecta con un enfoque competencial del currículo, de manera que el objetivo no es la mera adquisición de contenidos (saberes básicos), sino el aprendizaje de su uso para solucionar necesidades presentes en la realidad. La resolución ética, comprometida y respetuosa con el bien común de estos desafíos anteriormente descritos implica haber alcanzado el Perfil de salida esperado al término de la ESO.
V. Sierra, E. Pérez, R. Solbes (2024)
Competencias clave y descriptores
El enfoque competencial supone un cambio de paradigma en la educación, es decir, una alteración mayor del esquema formal en el que se organiza la Educación Infantil y Primaria. Los contenidos dejan de ser el hilo conductor del proceso de enseñanza y aprendizaje y se deben trabajar de forma integrada en la medida en que dan respuesta a diferentes «situaciones de aprendizaje». De esta manera, el alumnado ya no tiene que aprender sólo una serie de conceptos, sino que ha de adquirir unas habilidades y destrezas, además de una serie de actitudes. Esto no implica que los saberes básicos desaparezcan, sino que ceden su condición de eje director.
La consecución de las competencias y los objetivos de la Educación Infantil y Primaria está vinculada a la adquisición y al desarrollo de las siguientes competencias clave, que quedan definidas en los anexos I de los reales decretos de ordenación y enseñanzas mínimas.
- Competencia en comunicación lingüística (CCL).
- Competencia plurilingüe (CP).
- Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería (STEM).
- Competencia digital (CD).
- Competencia personal, social y de aprender a aprender (CPSAA).
- Competencia ciudadana (CC).
- Competencia emprendedora (CE).
- Competencia en conciencia y expresión culturales (CCEC).
Para cada competencia clave se ha definido un conjunto de «descriptores», que la concretan y la hacen operativa. Los descriptores, junto con los objetivos de la etapa, constituyen el marco referencial a partir del cual se concreta cada área o ámbito, a través de sus «competencias específicas».
Las competencias específicas, de acuerdo a los reales decretos de ordenación y enseñanzas mínimas, se definen como «desempeños que el alumnado debe poder desplegar en actividades o en situaciones cuyo abordaje requiere de los saberes básicos de cada materia o ámbito». Por tanto, a diferencia de las competencias clave, las competencias específicas son propias de cada área o ámbito.
La vinculación entre descriptores y competencias específicas de cada área propicia que de la evaluación de estas últimas pueda inferirse el grado de adquisición de las competencias clave definidas en el Perfil de salida y, por tanto, la consecución de las competencias y objetivos previstos para la etapa.
V. Sierra, E. Pérez, R. Solbes (2024)
En los anexos II de los reales decretos que regulan la ordenación y enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, la ESO y el Bachillerato se relacionan las competencias específicas de cada área con los descriptores de las competencias clave. Si bien no todas las competencias específicas pueden asociarse con todos y cada uno de los descriptores de las competencias clave, en general, existe relación, más o menos directa, entre las competencias clave y las áreas. Existen áreas que se relacionan con todas y cada una de las competencias clave y otras áreas que se relacionan con la mayoría de ellas.
En el siguiente diagrama se muestra la relación que existe entre los principales conceptos que se introducen en este post: el perfil de salida, los saberes básicos, las competencias clave, los descriptores y las competencias específicas de cada área.
Las competencias clave en la programación
En los dos apartados anteriores se han descrito el Perfil de salida y las competencias clave. En este tercer apartado se propone la forma de incluir estos conceptos en la programación didáctica de cada área o ámbito.
Tal y como hemos expuesto anteriormente, existe una relación más o menos directa entre las competencias clave y las áreas o ámbitos. Esta relación se evidencia en la propia legislación a través de los anexos I y II de los reales decretos que regulan la ordenación y enseñanzas mínimas de la Educación Infantil y Primaria.
A diferencia de la Educación Primaria, en la Educación Infantil no se establece relación entre las competencias clave y las competencias específicas en el marco normativo nacional. Por tanto, fijar esta relación queda en manos de la concreción autonómica, y en el supuesto de no existir esta concreción, quedaría en manos del centro educativo (marco de centro o marco de ciclo).
En esencia, en este apartado de la programación didáctica, se propone que las competencias clave que se relacionan con cada área se contextualicen, es decir, que se adapten al contexto que proporciona el área o ámbito y con ello que se hagan propias.
En este apartado se debe responder a la pregunta:
«¿Para qué o por qué esta competencia clave en este área o ámbito?»
O bien:
«¿En qué grado contribuye este área o ámbito a esta competencia clave?»
Todas las competencias clave que se incluyan en este apartado de la programación didáctica deben desarrollarse necesariamente en las situaciones de aprendizaje y en los apartados «Orientaciones metodológicas» y «Evaluación del y para el aprendizaje». En caso contrario, este apartado sería una simple declaración de intenciones y su efecto sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje sería superfluo y muy poco práctico.
V. Sierra, E. Pérez, R. Solbes (2024)
El ejercicio de reflexión que supone abordar el siguiente apartado dentro de la programación didáctica nos va a dotar de un mayor conocimiento de estos conceptos teóricos para, posteriormente, saber materializarlos en la práctica de una manera más efectiva.
Formación re-Programa
Recuerda que en sección de la web «Formación» puedes encontrar la oferta formativa de re-Programa:
En tu librería habitual o directamente en la Web de Nau Llibres puedes adquirir nuestros libros:
- «Programaciones didácticas para ESO y Bachillerato. Una propuesta práctica y fundamentada»
- «Programaciones didácticas para Infantil y Primaria. Una propuesta práctica y fundamentada»
Feliz miércoles.
Vicente, Elio y Raül
Moltes gràcies.